Donde todo está rico (y barato): furanchos

miércoles 6 de abril del 2022

Tienen más de tres siglos de historia y han sido uno de los secretos más ocultos y guardados de la gastronomía gallega. Los furanchos están ligados a las zonas vitivinícolas de Galicia donde los propietarios de las casas en las que se hacía vino las abrían para vender los excedentes de la cosecha.

 

Originalmente eran los vecinos los que llevaban la comida para acompañar al vino. Con el paso del tiempo, fueron los dueños de las casas los que empezaron a ofrecer lo que cultivaban o lo que criaban: pimientos, tomates, raxo (lomo de cerdo), patatas, huevos, sardinas, empanadas, en definitiva, una locura de sabor de cosas elementales pero riquísimas. Por 10 ó 12 euros por persona el festival en las papilar gustativas puede ser memorable.

 

Las Rías Baixas son el hábitat natural de los furanchos y lo más probable es que disfrutes de unos albariños muy aceptables, frescos y servidos siempre en jarra de cristal. No siempre es fácil encontrarlos porque suelen estar escondidos en aldeas o lugares de difícil acceso, aunque en la era digital contamos con el bendito GPS que nos llevará directos al furancho.

 

Los hay de todo tipo, muy humildes, pero hay otros que además de comer como un príncipe, puedes hacerlo frente al mar debajo de una parra. No abren todo el año por lo que hay que estar atentos. Eso sí, por lo general, la calidad de los productos es de primera, sin trampa ni cartón, los tomates saben a tomates y el pan sabe a pan.

 

Aquí os dejamos unas páginas para buscar furanchos.

 

deFuranchos.com
Furancheiro.com
Grupo de Guía Furanchin en Facebook

 

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